Alacranes, noviembre de 1960

Srta. Lucía González

Playa de Baracoa

Mi querida novia:

Te saludo en el nombre del Señor deseando que estés bien; gracias a Dios yo lo estoy.

Pues mi amor, aquí estamos en Alacranes dando los cultos ahora. Tuvimos que perder dos o tres días en Güines porque Mary se sintió mal. Pensamos salir mañana para Unión de Reyes y después para Bolondrón. Escríbeme a Bolondrón, si te demoras escribe entonces a Jagüey Grande.

Estoy recordando nuestra última conversación y me parece que no fuiste muy sincera, porque no creo que tú de verdad temas a lo que amas. Recuerda que: “En amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera del temor: porque el temor tiene pena. De donde el que teme, no está perfecto en amor.” 1 Jn. 4:18. No quiero decir que dude de tu amor, al contrario, como sé que es verdadero, dudo de que tengas miedo.

Le dije a Eleobaldo que no nos pidiera para la campaña. Yo estoy dispuesto a ir donde Dios me envíe, así que si el apóstol me ordena seguir en campañas yo no le dijo que no; si él nos da a escoger el lugar, entonces está bien que nosotros decidamos, de lo contrario que decida él.

¿No notas que llega el invierno? Se acerca enero, y con él nos acercamos nosotros. Antes de que enero se vaya el invierno quedará vencido.

Cuando venía compré un pantalón nuevo de gabardina. Si pudiera encontrar un buen saco que hiciera pareja con él lo guardaba para la boda. Aquí, la señora de la casa donde estamos parando, me regaló un saco casi nuevo, pero me queda muy chico; se lo di a Pepito para que busque a quien le sirva.

Dale recuerdos a todos los hermanos. Los hermanos de aquí te recuerdan con cariño. No olvides decirme a qué lugar te puedo escribir en la próxima. Te quiere tu futuro esposo,

Ventura Luis